Pese a ganar la carrera, el de Ducati no pudo cerrar el Mundial y llega a Valencia como máximo favorito. Segunda y última final: dos puntos le separan del título.
En verano parecía imposible, pero en MotoGP se puede con todo. 91 puntos separaban a Pecco Bagnaia de un Fabio Quartararo que se iba de vacaciones como líder consolidado del Mundial. Sin embargo, cambiaron las tornas tras el reinicio de la acción en pista. El de Ducati se afianzaba con cuatro victorias consecutivas, mientras Yamaha estaba llamada al sufrimiento. Una remontada de campeonato que, tras el GP de Australia, dejó al italiano como nuevo líder del Mundial. Y, lo mejor para él, con ya opciones de ser campeón en Malasia. Pero el destino no lo quiso así: el francés peleó el podio y, pese a la victoria del italiano, no hubo posibilidad a alirón en Sepang. Todo debe esperar a Valencia para una última final
Sea como sea, la remontada es histórica. Nunca antes se había dado una situación similar: en nueve carreras, Pecco Bagnaia ha conseguido sumar más de 150 puntos, con cuatro victorias consecutivas (Países Bajos, Gran Bretaña, Austria y Misano), el triunfo en Malasia y tres podios más. Tan solo un error desde el verano, el de Japón, que poco parece en vista de lo mal que le ha ido a Quartararo en esta segunda parte de la temporada. El francés se vio involucrado en varios incidentes y, desde junio, tan solo se ha subido al podio en Austria y en Sepang. Ninguna victoria y cuatro ceros en su casillero. Por ello, el campeonato está casi sentenciado para el de Ducati y solo una hecatombe podrá arruinar su primer título de MotoGP.
La situación es muy cómoda para Bagnaia y, prácticamente, depende de él mismo. Tan solo necesita sacarle dos puntos más a Quartararo. De hecho, poco se tiene que fijar en lo que hace el de Yamaha: mientras el francés no gane y Pecco sea 15º o peor, no habrá alirón para ‘El Diablo’. Al italiano le vale cualquier opción mejor, independientemente de lo que haga su máximo rival. Y es que, desde Malasia, ya solo hay dos contendientes. Aleix Espargaró y Enea Bastianini ya no cuentan (ambos lucharán por el tercer puesto). Bagnaia roza ya el Mundial con los dedos y Quartararo necesita un milagro.
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